El transporte es uno de los problemas que debe acometer, de una vez por todas, nuestro Ayuntamiento. Consideramos que deben construirse con la mayor urgencia dos grandes aparcamientos disuasorios, que sirvan para los ciudadanos que lleguen a nuestra ciudad tanto desde los municipios próximos, como los que lleguen desde otros puntos. El coste debe ser barato, no suponiendo nunca un mecanismo para la obtención de ganancias. Nuestra propuesta es que se ubiquen en el subsuelo de los terrenos actualmente ocupados por la Estación de Autobuses y del mismo modo en la zona del puerto próxima a la Avenida del Ejército, Primo de Rivera y Linares Rivas. Esta decisión conllevará la posibilidad de peatonalizar muchas zonas o calles de la ciudad y el uso como medio de transporte de la bicicleta. Exigirá esta política la intensificación de las frecuencias de las líneas de bus y que se comarcalice el transporte público de una vez, no quedando en falsas promesas.

No sólo creo en la posibilidad, sino que creo que es absolutamente imprescindible. La gestión de los Ayuntamientos debe realizarse siempre a través de la real participación ciudadana. A dicho fin proponemos la creación de las concejalías de barrio que se establecerán en edificios municipales existentes en 10 u 11 zonas que deberán delimitarse previamente. El concejal realizará su actividad en dicho edificio, salvo los días de celebración de reuniones corporativas. Los presupuestos, ordenanzas, obras públicas se expondrán en cada uno de los barrios y se celebrarán reuniones en las que puedan participar todos los vecinos. Para el éxito de la participación y del desarrollo de un verdadero asociacionismo vecinal, es imprescindible que los partidos eviten intentar manejar dichas entidades, como ocurre actualmente, pues esto supondría la muerte automática de estas entidades. La Coruña contó antiguamente con un riquísimo movimiento asociativo, del cual el mejor ejemplo fue en el siglo XIX y XX la importancia en la vida de la ciudad del Circo de Artesanos, donde se debatían todos los temas de interés de la ciudad.

Creo que la Administración en general y, concretamente, el Ayuntamiento de La Coruña, atraviesan el peor momento desde la implantación de la democracia en nuestro país. El nivel de desmotivación de los empleados públicos es enorme y en el influyen las siguientes causas: Falta de planificación en los enormes cambios ocurridos en los últimos decenios en lo relativo a las áreas de gestión que realizan los Ayuntamientos; politización del funcionamiento de la Administración con el nombramiento de multitud de funcionarios eventuales designados libremente por el estamento político. Sirva de ejemplo citar que sólo entre el Ayuntamiento y la Diputación de La Coruña las plantillas de personal de estas características ascienden a 33 "fontaneros", tergiversando el supuesto para el que la ley creó este tipo de empleados, que era para la realización de trabajos de confianza o especial asesoramiento. El coste anual de los 53 efectivos asciende a 369.823 euros, dedicándose casi siempre a labores de tipo político y no de gestión pública. Este personal interfiere y actúa negativamente en el trabajo de los funcionarios permanentes del organismo.
En cuanto a la Policía municipal, repetando que en dicho colectivo trabajan profesionales muy preparados y vocacionales, en los últimos años se ha consentido una insubordinación casi permanente promovida por los representantes del Sindicato profesional. El Ayuntamiento, y más concretamente su alcalde, como jefe de la Policía municipal, en ejercicio de la autoridad otorgada por el pueblo, no puede consentir huelgas encubiertas a través de enfermedades curiosamente simultáneas de casi todo el colectivo, que suponen que quede la calle desprotegida con ocasión de celebraciones importantes en la ciudad. Concretando, cumplimiento de las leyes, organización de la Policía por la Corporación y cumplimiento profesional de una función pública tan importante. En cuanto al Servicio de Bomberos y también para la Policía construcción de Sedes adecuadas y con todos los servicios.

El edificio de la cárcel debe volver a manos municipales, sin que el Ayuntamiento pague ni un solo euro, pues hace casi cien años ya pago los terrenos donde se ubica esta cárcel. Proponemos que este inmueble se destine a museo de la Historia de la ciudad en el que se expongan con la adecuada precaución los tesoros existentes en el Archivo municipal, tales como los privilegios reales que supusieron al fundación de A Coruña. Una de las zonas de dicho edificio se dedicaría especificamente a la Torre de Hércules y además se instalaría el archivo histórico ubicado absurdamente en una tercera planta, con el peligro que ello implica. También podría ubicarse la Biblioteca de estudios locales.

El Ayuntamiento debe facilitarla implantación de empresas e industrias en la ciudad, jugando un papel de mayor protagonismo en el funcionamiento del Puerto, verdadero motor histórico de la ciudad. Asimismo, deberá simplificar todos los trámites para la creación de empresas sin que se produzcan las demoras actuales en la concesión de licencias de aperturas y obras, evitando que estas actividades se conviertan en mecanismos de obtención de ingresos excesivos, lo que hará más viable la creación de empleo.

Creemos injustificable que transcurridos ya 36 a los de vida municipal democrática nos e haya creado un órgano que gestione los intereses comunes de los municipios de la comarca. Una vez que se creé este órgano que funcionará con mayorías cualificadas para evitar que un municipio pueda imponerse al resto,. Su puesta en marcha permitirá un ahorro en todos los servicios que puedan gestionarse mancomunadamente. Además será un ente que represente a los 450.000 habitantes del área de influencia de la comarca ante el resto administrarciones.