Bueno ante todo hay que dejar claro que EE.UU. es un país muy variado y que, por lo tanto, existen opiniones para todos los gustos. Aún así mi percepción es que entre la mayoría de la población Guantánamo se concibe como un mal necesario. Además para la mayoría de los estadounidenses lo importante no es sólo cerrar el penal sino cuánto les va a costar hacerlo y dónde van a ir a los presos.

Gracias por el piropo, aunque ya no soy tan joven (acabo de cumplir 31 años). Sobre llegar a ser corresponsal debo aclarar que, en mi caso particular, mi llegada a EE.UU. coincidió con multitud de eventos importantes como el final de la era Bush, la tragedia del Katrina o la candidatura de Obama. Todos estos eventos contribuyeron a facilitar mi asentamiento como corresponsal. Por otra parte si tu sueño es ser corresponsal deberías perseguirlo sea en EE.UU. o en cualquier otra parte.

Esta es una pregunta interesante porque, aunque poca gente lo sabe, lo cierto es que Cuba ofreció en su momento ayuda a EE.UU. en el caso de que algunos de los presos se escapara (o al menos así lo aseguran las autoridades de la base). Aún así lo más probable es que las relaciones se mantengan igual ya que Guantánamo no ha sido en ningún momento uno de los factores determinantes entre las relaciones entre EE.UU. y la isla. Como anécdota os diré que una vez al mes autoridades cubanas y estadounidenses se reúnen en una garita que está situada en la frontera entre la base y el régimen castrista. Al parecer por lo menos los militares se llevan muy bien.

Es innegable que el tour organizado por el ejército estadounidense responde a los intereses de EE.UU. y que, tal y como aclaré en mi artículo, la información está vigilada 24 horas al día. Aún así desde mi punto de vista es importante que los periodistas acudan a Guantánamo para seguir haciendo preguntas incómodas. La visita al campo constituye además un fuente de información importante sobre cómo el ejército justifica este penal. Hay que conocer todas las versiones para hacerse una idea del problema.

El presidente Barack Obama ya contestó a esta pregunta al declarar que sólo liberará a los presos yemenís cuando esté seguro de que no constituyen un peligro para EE.UU. El principal problema ahora reside en saber hasta qué punto el gobierno yemení puede controlar a estos presos ya que varios de los detenidos que fueron liberados en su día procedentes de esta nación se han unido más tarde a las filas de Al Qaeda.

Como persona que cree en la legalidad internacional mi respuesta sería que todos aquellos que en algún momento hayan abusado de su poder o transgredido los acuerdos internacionales tocantes a los derechos humanos deberían ser sometidos como mínimo a una Comisión de Investigación. Dicho esto creo que es poco realista plantearse un juicio legal a ningún cargo de la anterior administración aunque desde el Departamento de Justicia se han hecho algunos intentos.

No la población de Guantánamo la constituyen en su totalidad varones de entre 15 y 70 años aunque la media de edad se sitúa en los 35.

Como todos los periodistas que acuden a la base todo mi material gráfico fue revisado al final de cada jornada y algunas de mis fotografías fueron borradas. Las prohibiciones sobre lo que no se puede fotografiar se extienden desde los propios detenidos (no se pueden sacar sus caras), hasta el personal de la base o ciertas torres de vigilancia que darían una idea de donde los campos están ubicados (un secreto que EE.UU. se empeña en ocultar). También está prohibido hablar con nadie que no haya sido autorizado antes y esto incluye desde el comandante de la base a la señora que hace las camas en los hoteles.

Esta es una de las principales preocupaciones que los grupos pro derechos humanos están manifestando estos días. Y es que más allá del cierre de Guantánamo la verdadera preocupación se centra ahora en determinar si EE.UU. seguirá reteniendo a centenares de presos sin ningún cargo en su contra. Aún así algunos juristas creen que el estatus especial de Guantánamo, una base militar fuera de los EE.UU., ayudó en su día a las autoridades a bordear la legalidad más facilmente que si estos detenidos hubieran estado en territorio estadounidense y que, por lo tanto, el cierre de la prisión significará más transparencia en los procesos legales.

Mi impresión es que la cárcel continuará abierta hasta que no se resuelvan todos los problemas diplomáticos que rodean a este penal, y dudo mucho que esto pueda ocurrir antes de por lo menos seis meses. Aún así, y tal y como he contestado con anterioridad, lo importante no es sólo el cierre de Guantánamo sino saber si EE.UU. cambiará su postura respecto a las retenciones ilegales o cuál será su política exterior respecto a los países musulmanes.

Quizá una de las cosas que siempre se quedan fuera del papel son las múltiples incongruencias con que el ejército trata de justificar sus acciones ante la prensa. Por ejemplo a todos los periodistas nos prohíben hablar o interactuar con los presos por supuesto respeto a su intimidad. Sin embargo en mi última visita los encargados de prensa nos prepararon un tour para ver rezar a los detenidos sin su consentimiento. Para poder hacerlo nos escondieron en un torre de vigilancia de noche de manera que los detenidos no supieramos que estabamos ahí y no se escondieran. Fue un acción que nos hizo sentir muy incómodos y que no es coherente con el supuesto respeto a la integridad de los presos.

La mayoría de los guardas que están en Guantánamo se han presentado voluntarios para esa posición e incluso han tenido que competir con otros soldados para alcanzarla. Suelen ser chicos muy jóvenes para quienes Guantánamo supone una oportunidad de hacer carrera, ganar dinero y vivir en el Caribe sin pensar mucho en lo que tienen que hacer cada día. Para ellos Guantánamo es un sitio muy profesional donde los detenidos reciben un trato excelente. Si alguien les pregunta contestan además que su misión no sólo es justa sino también "humanitaria".

Las condiciones de vida de los presos (o al menos las que nosotros hemos podido observar) dependen mucho de en qué campo se encuentren recluídos. Actualmente en Guantánamo existen dos campos comunitarios donde los presos pueden ver la televisión, leer libros o charlar, y un campo de máxima seguridad . En el campo de máxima seguridad los presos viven en celdas de unos cinco metros cuadrados, duermen en una esterrilla encima de un bloque de cemento y sólo pueden salir al aire libre dos horas al día. Respecto a la actitud de los guardas es indudable que nadie se comporta igual delante que detrás de las cámaras por lo que nosotros sólo podemos responder sobre lo que hemos visto.

En esta última visita la mayoría de las prisiones estaban vacías ya que, de los casi 700 detenidos que Guantánamo llegó a tener en su día, apenas quedan 198. Aún así muchos de los detenidos que todavía permanecen ahí llevan desde el 2002 y por lo tanto muestran un actitud más de resignación que de reveldía. Algunos, sin embargo, siguen pidiendo atención y golpeando las ventanas para que los periodistas les graben. Esos momentos son los más duros para el periodista.

La normalidad con la que la gente de la base vive su día a día. El sentimiento de rutina con el que los guardias hablan de las condiciones de los detenidos. La indiferencia con la que todos acabamos acostumbrándonos a la crueldad y también que muchos de los soldados de allí parecían muy buenas personas. Eso me horrorizó.

Lamentablemente Zapatero no es una persona conocida en los EE.UU. Esto se debe, entre otras cosas, a que nuestro país no supone un punto de interés para los estadounidenses (ya que no somos ni lo suficientemente problemáticos como para que nos teman, ni lo suficientemente grande como para respeten). Por otra parte la mayoría de la prensa liberal publicó perfiles positivos de Zapatero al comienzo de su legislatura si bien esta tendencia está empezando a cambiar.