No sé por qué debemos dar por supuesto que la humanidad no va a hacer nada por el clima cuando la realidad es que se está avanzando de forma notable en el enfrentamiento a las causas del cambio climático. Por lo tanto, creo que no deberíamos tener miedo sino conciencia colectiva para abordar el problema.

Non é tanto cuestión de represión como de concienciación. Sem embargo existe un marco normativo a nivel nacional e europeo de obrigado cumprimento, e mecanismos eficaces de seguimento e control. Para que se faga vostede unha idea a Secretaría de Calidade Ambiental tramita anualmente en torno a 500 expedientes sancionadores nas materias da súa competencia, entre as que está o seguimento das emisións á atmósfera. Pero insisto en que, aínda que as sancións teñen o seu papel, o máis importante é a asunción colectiva da necesidade de loitar contra este fenómeno.

A Xunta de Galicia ven traballando nesta materia ao longo de toda a lexislatura, como demostra o investimento de 35 millóns de euros do ano 2011 que reflicte o propio informe. Neste contexto económico, e polo tanto orzamentario, non é fácil facer estratexias a longo prazo que sexan realistas e que podamos garantir o seu cumprimento. Por eso, optouse por traballar internamente de forma coordinada con todas as consellerías e facer un informe anual que rinda contas do que se ten feito, e no que se analice a evolución dos síntomas do cambio climático na nosa comunidade autónoma. A este criterio obedece este primeiro informe que se repetirá anualmente a partir de agora.

Este é un asunto da maior transcendencia. De feito, como vostede di, toda a redución de emisións que se ten producido nos últimos anos débese aos sectores industriais, mentres que as emisións denominadas difusas mantéñense constantes. E hai que ter en conta que estas representan máis do 60% do total. Polo tanto é imprescindible actuar sobre elas. E máis complicado porque se necesita a colaboración de toda a cidadanía nos seus costumes diarias. Pénsese que entre o transporte e o consumo doméstico suman máis dun 40% do total das emisións. Cada vez que a través de actos cotiáns contribuimos a estas emisións estamos formando parte da orixe do problema, e convén que teñamos conciencia diso. As administracións temos a nosa responsabilidade, pero precisamos a colaboración directa dos cidadáns.

Efectivamente en Galicia en los últimos años se han reducido de forma notable las emisiones a la atmósfera. Y eso se debe, sin duda, a dos razones, La primera, la crisis económica, que reduce el consumo y los niveles de producción de energía eléctrica que, de los industriales, es el más emisor de nuestra comunidad autónoma. Y la segunda, también evidente, son las mejoras tecnológicas introducidas en nuestras industrias, especialmente también en las del sector energético. Insisto en recordar que no hemos conseguido sin embargo reducir las emisiones difusas que producimos los ciudadanos en nuestra vida diaria.

Empiezo por aclarar que no es exactamente una predicción, sino el diseño teórico de un escenario posible, pero que nadie puede afirmar hoy que se vaya a producir. Precisamente porque existe el riesgo de que tal escenario llegue a ser real se vienen desarrollando a nivel mundial políticas de lucha contra el cambio climático. Su objetivo es precisamente evitar cualquier posibilidad de que eso llegue a convertirse en una realidad y, en cualquier caso, a minimizar sus efectos.

Es necesario aclarar en primer lugar que Galicia no tiene un compromiso concreto derivado del Protocolo de Kioto. Quien lo tiene es el conjunto de la Unión Europea que lo reparte entre los Estados, pero que no llega a concretarse, en el caso español, a nivel autonómico. En este contexto a España le corresponde el compromiso de no incrementar en más de un 15% las emisiones que tenía en 1990, y, para que nos hagamos una idea de la contribución de Galicia a la consecución de este compromiso nacional, nosotros tenemos hoy un 6% menos de emisiones que en 1990. Podemos, por lo tanto, afirmar que Galicia está haciendo bien sus deberes en esta materia.

No nos llegan noticias muy alentadoras. Desde mi punto de vista sería esencial que se llegara a un acuerdo que permitiera continuar con la estrategia de Kioto, pero parece ser que se están constatando dificultades políticas para conseguirlo. Todavía hay margen porque la conferencia no termina hasta el día 7 de diciembre. Esperemos que se encuentre un punto de compromiso aceptable para todos.

Todo apunta a que no. Hay muchas evidencias que demuestran la existencia del fenómeno en sí mismo, y su origen antropogénico, derivado por lo tanto de la acción del hombre, no admite discusión. Como ocurre en todos los aspectos de la vida, negar la existencia del problema o cuestionar sus causas demostradas no ayuda en nada a resolverlo.

Sen entrar no caso concreto, cousa que non ten sentido neste foro, quero aproveitar para poñer de manifesto a necesidade de equilibrar o desenvolvemento económico, e polo tanto a creación de riqueza e emprego, coa protección ambiental. A nosa responsabilidade ben entendida obríganos a garantir que aquelas actividades económicas, como a de minería, se desenvolvan con todas as garantías ambientais, posibilitando o equilibrio ao que me refería. Iso fará, sen dúbida, a declaración de impacto ambiental que se emita en relación co proxecto ao que vostede se refire.

Precisamente por este motivo é moi importante que estudos como o que contén o informe poñan de manifesto os impactos que o cambio climático está a producir no noso sector primario, o que facilitará que se implanten as medidas necesarias de adaptación. Aportando esta información facilítase un diagnóstico que permitirá adoptar medidas eficaces, tanto para reducir as consecuencias na gandería e na agricultura como para adaptarse aos cambios que se teñen producido e que se producirán no futuro.

Hay evidencias claras del cambio, aunque también es cierto que probablemente hoy haya una mayor difusión de esta realidad. Pero la difusión no genera el cambio que existe en sí mismo. Que se está produciendo un leve incremento de las temperaturas medias anuales es un hecho. Que se está produciendo un cambio en el régimen de precipitación a lo largo del año también es algo claramente constatado.

Como ya antes explicaba, la crisis es una de las causas del descenso de emisiones, pero no la única. Todas las actuaciones de la Xunta de Galicia que están incluídas en el informe anual han contribuido a esa reducción. Es necesario continuar con políticas, tanto de fomento como de control, para que el cambio previsible de la situación económica no se traduzca automáticamente en un incremento de emisiones. Y para eso es necesario incidir tanto en las personas como en las empresas.

Estas empresas que vostede cita están incluídas no réxime de comercio de dereitos de emisión, e polo tanto teñen asignadas unhas cantidades anuais que poden emitir. Calquera variación sobre esa cantidade ten un impacto directo, positivo ou negativo, na súa conta de resultados. Estas instalacións teñen que presentar un informe anual das súas emisións auditado e verificado por unha entidade independente acreditada. E, posteriormente, revisado pola administración autonómica. En resumo, as súas emisións están perfectamente controladas.

Nada indica que este cambio vaya a ser apocalíptico pero lo que sí es cierto es que el impacto de la actividad humana sobre el medio ambiente es mayor hoy que en ningún otro momento de la historia de la humanidad. El desarrollo de las sociedades, el modo de vida actual, el enorme consumo de recursos que lleva consigo produce un cambio estructural en los ecosistemas mayor que el que nunca se haya producido. Por eso debemos afrontar con seriedad esta realidad.